¿Recuerdas la última vez que mediste tu presión arterial? Es probable que asocies los problemas de hipertensión a personas mayores, pero lo cierto es que -aunque en menor medida- también se presenta en los más jóvenes. A continuación, encontrarás una serie de recomendaciones para mantener tu presión arterial a niveles adecuados y alejar el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
Podríamos definir la presión arterial como la fuerza que la sangre ejerce sobre las paredes de las arterias cada vez que es bombeada por el corazón. Mientras más elevada sea esta tensión, mayor será el esfuerzo que tenga que realizar el corazón para bombear. Este indicador se puede obtener a través de una sencilla prueba de presión arterial.
Cabe señalar que la presión arterial se expresa en milímetros de mercurio (mm Hg), un tipo de medida que nos arrojará dos números. El primero nos indicará la presión sistólica (la presión de las arterias cada vez que el corazón late), mientras que el segundo se refiere a la presión diastólica (presión de las arterias entre cada latido).
Para la Organización Mundial de la Salud (OMS) un nivel de presión arterial adecuado en un adulto debe ser de 120 mm Hg en tensión sistólica y de 80 mm Hg en tensión diastólica. Cuando los niveles son superiores a los 140 mm Hg o 90 mm Hg, respectivamente, se considera que existe un cuadro de presión alta.
Hipertensión, un enemigo silencioso
Los niveles elevados de presión arterial conducen a la hipertensión. El problema es que no siempre es diagnosticada a tiempo, ya que sus síntomas son leves o nulos. Esto lo convierte en un enemigo silencioso que puede desencadenar una serie de trastornos cardiovasculares de gravedad como infarto al miocardio, derrame cerebral o insuficiencia cardiaca.
La hipertensión está asociada al envejecimiento, ya que las arterias se van endureciendo con el paso de los años, y como consecuencia disminuyen su elasticidad. Aun así, personas jóvenes pueden experimentar altos niveles de presión arterial, especialmente si llevan una vida sedentaria que puede conducir a factores de riesgo como la obesidad y el sobrepeso.
En posts anteriores hemos abordado la importancia de consumir vitaminas y minerales (enlace al artículo 1) en la dieta regular. Si se trata de la presión arterial, este factor es fundamental para mantener un nivel saludable, ya que los alimentos elevados en grasas saturadas, chatarra, así como la cafeína y la teína, pueden conducir a cuadros de hipertensión.
Si deseas tener una presión arterial adecuada y evitar la hipertensión, es conveniente que adoptes mejores hábitos en tu vida diaria. Ello implica realizar al menos una hora de actividad física diaria, mantener tu peso ideal, controlar el estrés, limitar el consumo de alcohol y dejar de fumar.
Activos para combatir la presión arterial elevada
La alimentación siempre será nuestra mejor aliada para tener una vida saludable. Y si se trata de controlar la presión arterial, existen una serie de activos que de seguro te serán de gran ayuda. Conoce más de ellos e incorpóralos a tu dieta:
Resveratrol: Es un compuesto producido por las plantas, conocido por su alto poder antioxidante para prevenir el envejecimiento. Estudios recientes han demostrado que tiene propiedades para reducir la presión arterial y proteger al corazón, pues relaja los vasos sanguíneos. Está presente en las uvas, el vino y ciertos frutos secos como uvas rojas y arándanos.
Quercetina: Puede hallar compuestos de quercetina en una gran cantidad de frutas y verduras. Se trata de un pigmento vegetal que actúa directamente equilibrando los niveles de glucosa y presión arterial sistólica. Su mayor representante es la cebolla roja, pero también la encontrarás en manzanas, uvas, brócoli y el té.
Extracto de té verde: Investigadores han resaltado la utilidad de las infusiones para mejorar los efectos de la presión alta, en especial del té verde y particularmente en las mujeres. Su consumo moderado ayuda a controlar el nivel de grasa en la sangre y disminuye en gran medida el riesgo de accidentes cerebrovasculares.
Bromelina: Es una enzima proteolítica capaz de metabolizar las proteínas de los alimentos, que a su vez posee propiedades anticoagulantes. Mejora la circulación sanguínea y previene la trombosis. El mejor exponente de bromelina en el mundo alimenticio es la piña.
Semillas de uva: En las listas de alimentos para prevenir la hipertensión nunca faltan las semillas de uva. Sus altos niveles de proantocianidinas garantizan propiedades antioxidantes. Además de regular los niveles de presión arterial, ayudan a reducir el colesterol y reforzar el sistema inmunológico. Se suele consumir a modo de extracto, aunque también las puedes ingerir directamente.