¿Llevas una dieta balanceada pero aún así no logras bajar de peso? Esto puede ser producto de varios factores, pero lo más probable es que tengas un metabolismo lento. Se cree que esta característica es genética e invariable. Solo lo primero es cierto, ya que sí puedes modificarla en la medida que comiences a adoptar algunos hábitos en tu vida diaria.
Entendemos por metabolismo a una serie de procesos que se realizan a nivel celular, en los que el cuerpo quema la energía necesaria para realizar sus funciones básicas. En este punto debemos hablar sobre el metabolismo basal, que es el consumo energético que realizamos en reposo para que el organismo mantenga activas sus funciones esenciales.
Cuando el metabolismo es rápido, el cuerpo puede quemar una mayor cantidad de calorías, aunque no haya actividad física de por medio. Por el contrario, quienes tengan un metabolismo lento utilizan menos energía y por consiguiente liberan menos grasas. En consecuencia, les resultará más difícil bajar de peso.
Señales de un metabolismo lento
Si todavía no estás seguro de tu ritmo metabólico, puedes recurrir a ciertas señales que envía tu propio cuerpo para definirlo. El signo más evidente de metabolismo lento se da cuando subes de peso sin motivo aparente, a pesar de que sigues una alimentación rica en vitaminas y minerales o realizas actividad física.
Como complemento del síntoma anterior, es posible que te cueste sobremanera disminuir tu peso corporal. Otro signo es el cansancio, asociado a la lentitud con la que tu cuerpo quema energía, sumado a una piel seca y sin brillo, que no recibe los nutrientes que necesita.
El metabolismo lento también se manifiesta cuando tienes más frío de lo normal, te cuesta desayunar en las mañanas, padeces de dolores de cabeza muy seguido, se te cae el cabello o tienes uñas quebradizas. Si reúnes varios de estos síntomas, te aconsejamos realizarte un análisis médico y consultar con un nutricionista.
¿Puedo acelerar mi metabolismo?
A pesar de que se crea lo contrario, muchos especialistas aseguran que es posible acelerar el metabolismo hasta cierto punto, modificando ciertos factores hormonales, digestivos e inflamatorios. Lo único que no se puede cambiar es la genética, pero aun con ello se pueden obtener cambios notorios.
Básicamente, deberás implementar algunos cambios en dos aspectos fundamentales de tu vida diaria: la actividad física y la alimentación.
Sigue realizando ejercicios, pero esta vez de forma continua. Para acelerar el metabolismo, la clave está en los ejercicios aeróbicos (correr, caminar, bailar, montar bicicleta, nadar) y anaeróbicos (abdominales, levantamiento de pesas, piques cortos).
Por otro lado, puedes aprovechar mejor la energía que le ofreces a tu cuerpo a través de la alimentación. Te aconsejamos dividir tus alimentos en pequeñas fracciones y los vayas consumiendo a lo largo del día, desde el desayuno hasta la cena, sin saltarte ninguna. Procura consumir la mayor cantidad de nutrientes por la mañana, ya que en ese tiempo se realiza el mayor gasto energético.
Existen algunos ingredientes no estimulantes que contribuyen a quemar grasas y acelerar el metabolismo de forma natural.
Capsaicina: Es un componente activo de los pimientos que se añade en algunos productos para que sean más picantes, como el chile y otras salsas. Se trata de un alimento termogénico, y según estudios, puede incrementar el metabolismo temporalmente hasta un 23%. Además, tiene efecto anticoagulante, antioxidante y antiinflamatorio.
Café verde: Conocemos como café verde a los granos de café que todavía no han sido tostados. Es un quemador de grasa natural, ya que aumenta la temperatura y contribuye a que el cuerpo gaste más calorías para poder realizar sus funciones. Adicionalmente, favorece la lipólisis, es decir, la degradación de las grasas almacenadas en el cuerpo.
Phytosome de té verde: Phytosome o Fitosoma es una tecnología orientada a aumentar la absorción de los extractos vegetales. En el caso del té verde, ayuda a estimular el metabolismo celular mediante el aumento de la temperatura corporal. Gracias a ello, permite la eliminación de una mayor cantidad de tejido adiposo. Como resultado, verás reducido tu índice de masa corporal y tu peso total.