Si te dijéramos que mantener tu casa limpia puede poner en riesgo tu salud, seguro te resultará difícil de creer. Pero en cierto sentido es cierto, no por el hecho de mantener tu hogar en las mejores condiciones, sino por los productos que podrías estar utilizando. La mayoría de familias opta por limpiadores y desinfectantes comerciales, que se venden en cualquier supermercado, sin conocer sus componentes tóxicos.
En entradas anteriores hemos abordado los efectos adversos de utilizar limpiadores multiusos con amoniaco, o los peligros que conlleva aplicar desinfectantes con cloro -como los blanqueadores- en distintas superficies. Estos y otros compuestos también están presentes en los limpiadores de vidrios. Sus consecuencias en la salud tal vez no sean inmediatas, pero lentamente podrían causar daños permanentes.
Impacto de los limpiavidrios en los pulmones
Dentro de la amplia gama de productos de limpieza para el hogar, los limpiavidrios figuran entre los más frecuentes. Se utilizan para mantener espejos, lunas y ventanas libres de suciedad, pero también como desengrasante de cocina, para darle brillo al suelo y hasta para limpiar joyas, entre otras aplicaciones.
Los limpiadores de vidrio se caracterizan por los vapores que emanan al ser rociados en alguna superficie, especialmente cuando la presentación es en botellas de spray. Dichos vapores contienen químicos agresivos que pueden ser más peligrosos de lo que el común de la gente piensa, no solo para quien utiliza el producto, también para quienes circulen por el mismo ambiente.
Estudios realizados en años recientes han demostrado que inhalar los vapores que emanan los limpiavidrios ocasionan problemas respiratorios, que de ser continuos podrían generar una enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Esta afección se caracteriza por obstruir la circulación del aire y produce síntomas como tos permanente y dificultad para respirar.
Utilizar soluciones de limpieza con componentes tóxicos no solo trae consecuencias a largo plazo. Si llegaras a inhalar o ingerir alguna de las micropartículas expulsadas por el spray, no tardarán en aparecer efectos como dolor de garganta, tos, estornudos, náuseas, dolor de estómago y posibles desmayos, como consecuencia de una menor presión arterial.
Todos estos efectos se producen cuando los ácidos cáusticos presentes en los limpiavidrios llegan a tocar los tejidos pulmonares. Ten en cuenta que el verdadero factor de riesgo no es la cantidad de elementos químicos que puedas inhalar, sino el tiempo que permanezcas expuesto a ellos.
Los expertos consideran que es necesario pasar varios años expuesto a los vapores de los limpiavidrios para que puedan causar un daño considerable, pero también señalan que utilizarlos de forma regular es perjudicial para la salud, aún cuando no presentes síntomas en un primer momento.
Vinagre blanco y su poder natural
Dejar de utilizar limpiavidrios convencionales no significa que tus ventanas o espejos vayan a quedar sucios. Afortunadamente, existen alternativas que no ponen en riesgo tu salud y además pueden ser igual o más efectivas. Una de ellas es el vinagre blanco, obtenido de la fermentación del alcohol y que con toda probabilidad tienes en tu cocina.
El vinagre blanco no solo se usa en la cocina para aderezar ensaladas o preparar salsas. También es común en la industria textil, en la fabricación de lociones, como conservante y, por supuesto, para la limpieza doméstica.
Si se trata de limpiar los vidrios, solo es necesario mezclar el vinagre blanco con un poco de agua y limón, para luego restregar suavemente por la superficie a limpiar. Además de darle brillo a tus espejos, lunas y ventanas, los mantiene libres de virus y bacterias. De esta manera, no solo cuidarás tu salud y la de tu familia, también ahorrarás dinero.
¿Es posible reforzar el poder natural del vinagre blanco? Claro que sí. Existen productos elaborados con este y otros insumos de origen natural que remueven la suciedad de las superficies vidriosas y de acero inoxidable sin dejar manchas. Y lo mejor de todo es que no contienen amoníaco, cloro u otros elementos tóxicos.