El cuidado de la piel es un aspecto que ha tomado especial relevancia durante los últimos años. Así lo demuestran los múltiples anuncios de cremas hidratantes, jabones, exfoliantes y protectores solares, que antes eran casi exclusivos para las mujeres pero hoy están dirigidos también a los hombres.
Sin duda estos productos contribuyen a tener una piel saludable, especialmente en épocas de calentamiento global, en que la radiación de los rayos solares puede resultar altamente nociva. Pero con todo ello, el principal cuidado de la piel se debe realizar por dentro, a través del consumo de alimentos ricos en nutrientes y antioxidantes.
Cuidado con los radicales libres
Tal como explicamos en nuestro artículo sobre los radicales libres, estas sustancias generan estrés oxidativo cuando no son asimiladas correctamente por el organismo. La piel está especialmente expuesta a los daños de los radicales libres a través de los rayos ultravioleta del sol, el humo del cigarrillo y los altos niveles de contaminación presentes en el ambiente.
Como consecuencia, la piel empieza a sufrir un desgaste progresivo, que se expresa en arrugas, manchas, menor elasticidad, líneas de expresión, aspereza, la aparición de tumores cancerígenos a largo plazo, entre otros efectos negativos.
Los radicales libres en exceso se producen también por factores como el estrés constante, la deshidratación celular o el ejercicio físico de alta intensidad. Esto último puede sonar paradójico, pero los deportistas con poca experiencia no suelen contar con los antioxidantes necesarios para asimilar la gran cantidad de radicales libres que producen como consecuencia de un mayor consumo de oxígeno al hacer ejercicio.
El consumo excesivo de alimentos poco saludables es otro factor de riesgo. Aquí se enmarcan las comidas altamente calóricas, azucaradas, aceites hidrogenados, grasas trans, alimentos procesados o empaquetados con valor nutricional prácticamente nulo, así como la proteína animal en grandes cantidades.
Antioxidantes, una solución natural
Puedes seguir todo tipo de consejos para tener una piel sana y radiante, como beber abundante agua para mantenerla hidratada, cuidar tu exposición a los rayos solares, usar protector solar, realizar ejercicios de estiramiento y tonificación, dejar el cigarrillo, entre otros. Sin embargo, no hay nada mejor que preservar la salud dermatológica de forma natural.
Y lo mejor para bloquear la oxidación en la piel causada por los radicales libres es el consumo diario y continuo de antioxidantes, presentes en una gran cantidad de alimentos. Los nutrientes antioxidantes más conocidos son las vitaminas A, C y E, así como minerales como el zinc y el selenio, entre otros.
Existen también otros componentes con propiedades antioxidantes, que tienen especial incidencia en el cuidado de la piel, como es el caso del extracto de oliva, los carotenoides y los tocoferoles. Conoce un poco más sobre cada uno de ellos.
Extracto de oliva: Una excelente medida para prevenir el envejecimiento de la piel es el extracto de oliva en forma de aceite virgen extra. Además de su función antioxidante, contiene grasas monoinsaturadas, útiles para regular los niveles de colesterol.
Se trata de un producto natural que se puede utilizar como aderezo de ensaladas o para elaborar salsas. También se puede emplear como una mascarilla, aplicada en el rostro antes de dormir para lograr una hidratación profunda de la piel.
Carotenoides: Son los pigmentos que le dan color a múltiples vegetales, pero también están presentes en animales, algas y hongos. Ayudan a proteger las macromoléculas biológicas frente al daño oxidativo de los radicales libres. Si tienes piel sensible, este compuesto presente en frutas, cereales, verduras y aceites te será útil para prevenir quemaduras del sol y reparar tejidos dañados por heridas.
Tocoferoles: Los radicales libres se caracterizan por producir un efecto dominó que afecta el sistema molecular. Para neutralizarlo, nada mejor que los tocoferoles, compuestos que pertenecen al grupo de las Vitaminas E. También contribuyen a la protección de la piel ya que actúan como una barrera que bloquea la radiación de los rayos solares.
Los tocoferoles están presentes especialmente en los frutos secos como las almendras, nueces, pistachos y avellanas, así como los aceites vegetales de maíz como el germen de trigo, girasol y soya, etc.