Controlar los pensamientos negativos en nuestra cabeza es esencial para desarrollar una mentalidad ganadora. Hay varias formas en que pueden controlar los pensamientos negativos y en este artículo te enseñaremos un par de métodos comprobados.
Desarrolla tu vigilancia
Para frenar tus pensamientos negativos, debes ser consciente del momento exacto en que se activan. Para ello, observamos nuestros pensamientos para identificar escenarios y discursos internos que son improductivos, negativos o esencialmente egocéntricos. Presta atención: tus pensamientos negativos te acompañan en todas partes.
Por ejemplo: estás en la cola del supermercado. Ya casi estás en la caja cuando el gerente viene a recoger el dinero acumulado o cuando el cliente que tienes enfrente saca su fajo de cupones.
En ese mismo momento, tus pensamientos negativos podrían muy bien despertar: ¿Por qué siempre me sucede esto a mí?… Él no podría haber esperado un día más con sus cupones… ¿Tengo que hacer algo más aparte de esperar? “
Los pensamientos negativos también pueden aparecer en el trabajo, cuando el chico nuevo con su enorme ambición o tu colega con su vestido nuevo te hace sudar. En definitiva, trata de darte cuenta cada vez que entran en escena.
Desde las primeras oraciones en tu cabeza, di ¡Alto! Conecta de inmediato el hilo de tus pensamientos a una actividad concreta o al momento presente. Porque lo que nunca se debe olvidar es que la atención no se puede enfocar en dos cosas al mismo tiempo. Si la mente ya está ocupada, ya no puede quejarse.
Entonces, si estás charlando con alguien y te das cuenta de que no lo estás escuchando porque tu hámster está dando vueltas en tu cabeza, vuelve inmediatamente tu atención a lo que la persona está diciendo. Si come, concéntrate en los sabores de la comida. O haz alguna actividad que ocupe tu mente.
Privado de atención, tus pensamientos negativos ya no podrán monopolizar tu mente. Básicamente, es como un entrenamiento físico: cuanto más lo practicas, más resultados obtienes. Pero nunca bajes la guardia. Porque tus pensamientos negativos reiniciarán su carrera tan pronto como tengan la oportunidad.
Concéntrate en tu respiración
Toma conciencia del camino del aire que pasa por tu nariz, hincha tu abdomen, sube y luego sale por tus fosas nasales. Mientras prestas atención a tu respiración, estás amordazando a tus pensamientos negativos.
Este ejercicio se puede realizar en cualquier lugar, en cualquier momento y con la frecuencia que crea necesario. Prueba también actividades de relajación y meditación.
Libérate
Los pensamientos negativos acelerados significan, para la mayoría de las personas, una tendencia a dramatizar las cosas o predecir lo peor . Manténte alejado de este tipo de pensamientos. Analiza lo que te preocupa y cómo te sientes. Convierte tus pensamientos catastróficos en pensamientos racionales. Reconoce que la situación, después de todo, no es tan mala.
Supón que en un restaurante rocías vino tinto en tu ropa justo antes de que llegue un cliente importante. Entras en pánico: “¿Qué va a pensar? … ¡Estoy seguro de que perderé el contrato!” Una alternativa es, en cambio, decirse a sí mismo : “Esto es solo una prenda. Le explicaré mi torpeza. El entenderá. Afortunadamente, mi propuesta le encantará.”
De modo que instantáneamente desdramatizas la situación por muy desagradable que sea. Tus pensamientos ya no pueden ser amenazantes. Si siempre tienes pensamientos negativos en tu cabeza, a menudo se debe a que mantienes todo en tu interior. Registra tus emociones para que puedas dejar de lado tus pensamientos negativos.