En la industria de la belleza, el maquillaje tiene un lugar protagónico. Artículos como bases, correctores, polvos, rubor, lápiz labial, lápiz de cejas, entre otros, son indispensables en el arsenal de las mujeres, ya que les permite lucir radiantes en todo momento y superar cualquier situación imprevista.
Cuando pensamos en maquillaje, nos imaginamos una serie de productos orientados a embellecer el rostro, cubrir imperfecciones y, en líneas generales, brindarle un mejor aspecto. No obstante, su utilidad puede ir más allá, pues en muchos casos el maquillaje es también una fuente de nutrición para la piel, ya que le permite mantenerse hidratada y protegida frente a los signos de envejecimiento
A continuación, te ofrecemos algunas sugerencias que puedes tener en cuenta al momento de consultar cualquier línea de maquillaje, a fin de que tus artículos de belleza contribuyan a mejorar la salud de tu piel.
Maquillaje natural, una alternativa saludable
Si eres una persona comprometida con el cuidado del medio ambiente, ¿por qué no aplicar estos principios al momento de elegir tu maquillaje? Si bien los cosméticos más comunes son fabricados con compuestos químicos -algunos de ellos peligrosos para la salud como los parabenos y formaldehídos- hay algunas marcas que apuestan por cosméticos elaborados con ingredientes naturales.
Esta nueva generación de maquillaje está liderada por las bases en formato líquido. Algunas de ellas incluyen activos naturales para mantener la piel hidratada y protegida del efecto de los radicales libres que tienen los rayos solares, gracias a sus propiedades antioxidantes Además, contienen vitaminas y minerales que nutren la piel y previenen la aparición de arrugas y líneas de expresión.
Una buena base natural para la piel es aquella que logra unificar el tono de piel y mantener el cutis protegido de las condiciones externas mientras lo usas, sin necesidad de incluir ingredientes como aceites o talcos, que pueden resultar irritantes para ciertos tipos de piel.
Una buena opción es combinar la base líquida con una crema correctora de color, la cual te permitirá minimizar cualquier imperfección que se manifieste en tu rostro como las ojeras, las manchas, entre otras. Además de iluminar la piel, algunas de estas cremas incorporan un protector solar de amplio espectro.
¿Cómo lograr el maquillaje perfecto?
Los colores y la intensidad de tu maquillaje irán variando de acuerdo a cada ocasión. Si tu vestimenta para ir a la oficina es diferente a la que usas para ir al gimnasio, es lógico que tu rostro también lucirá distinto. Para algunas, esto puede ser todo un dolor de cabeza, pero no te preocupes, aquí te echamos una mano.
Si se trata de ir a trabajar, las gurús de la belleza recomiendan un estilo elegante y sobrio. Es decir, utiliza una sombra para los ojos neutra y pintalabios de color ligero, procurando que mantenga la tonalidad con la base y el polvo. Evita a toda costa las sombras brillantes y no olvides hidratar previamente tu piel, para que tu maquillaje se mantenga firme hasta el final de tu jornada.
El mejor momento para arriesgar es la noche. Aquí también debes analizar bien la situación, si se trata de una cena, una fiesta, una recepción u otro evento. Prueba aplicando un fondo un poco más claro que tu tez y un corrector que se vaya difuminando hasta fundirse con tu piel. También puedes utilizar delineador y una máscara de pestañas, así como un labial en tonos fresas.
A la hora de ir al gimnasio, no pierdas el estilo. En este caso procura utilizar un maquillaje muy suave y acorde a la tonalidad de tu rostro. Los polvos minerales son una gran opción. Elige cosméticos resistentes al sudor y que no contengan alcohol. Lo más importante aquí es eliminar cualquier indicio de suciedad para que las bacterias no queden retenidas en tu rostro.
En cualquier caso, es de suma importancia aplicar una buena base natural para que tu maquillaje quede bien fijado y hacer que tu rostro esté libre de cualquier factor externo como la contaminación y los cambios bruscos de temperatura.
Por suerte, existen bases que no se limitan únicamente a cubrir y emparejar el tono de piel, pues también proporcionan a tu rostro nutrición, suavidad, humectación y protección frente al envejecimiento.